¿TODO ESTE LÍO POR UN GUISANTE?
Este cuento de hadas aparentemente corto, simple y banal esconde otros significados realmente fuera de lo común... pero antes de entrar en el análisis real, sería bueno preguntarnos:
- ¿No te parece muy malcriada esta princesa que no duerme porque hay un guisante debajo de una montaña de colchones? ¡Más que delicada, parece paranoica!
- El príncipe es el clásico niño mimado o preferido de su mamá, vive triste si no encuentra a la bella princesa que tiene que seguir las leyes de su suegra, nada más que un príncipe, ¿no parece un niño mimado malcriado y caprichoso que busca una chica consentida como él y piensa que si no tiene una mujer hermosa es un perdedor?
- El rey no aparece, no se menciona, ¿paternidad desaparecida y frustrada?
- ¿La que manda y comanda es la reina, la madre que pone a prueba a su nuera, es un atisbo de matriarcado asfixiante y de celos maternos? ¿No es la madre que elige a la esposa de su hijo una sombra asfixiante del amor latente de una mujer por su hijo? Seria un amor afectivamente incestuoso.
- Muchas mujeres que fingen ser "la mujer adecuada" sólo porque son "una buena pareja", son descartadas como caramelos por el príncipe completamente sabio que no parece ser un oportunista, como muchos hombres hoy en día. ¿Se dedica a las mujeres hasta la saciedad y luego se declara un soltero perfecto, tan perfecto que nadie está a su paranoica altura real?
SABÍAS QUE... EL GUISANTE ERA UN ALIMENTO REAL
Esta verdura vivió un momento de gran éxito hacia finales de 1600, cuando en Francia se puso de moda comer guisantes y su precio subió hasta el punto de que sólo los nobles podían permitírselo. El guisante es considerado un símbolo de suerte y prosperidad, tanto es así que en la antigüedad sus flores se utilizaban para tejer guirnaldas para ofrecer a las novias. Los guisantes se encuentran entre las legumbres más consumidas del mundo. Originarios del Cáucaso o Persia, fueron encontrados en las excavaciones de Halicat en Turquía (5500 aC), así como en las tumbas de los faraones, en las ruinas de Troya y en las excavaciones de Pompeya. En el cuento en cuestión, la princesa debe afrontar "la prueba del guisante" (título original del cuento) que consiste en saber mantenerse a flote en la riqueza o en saber descubrir la pobreza que se esconde en las profundidades de el alma.
LA PRINCESA Y EL GUISANTE
Cuento de hadas danés escrito por Hans Christian Andersen en 1835. Aunque no se ha encontrado ninguna versión oral danesa del cuento de hadas antes de su publicación, Andersen afirmó que lo escuchó cuando era un niño. Aqui esta el cuento antes del análisis:
Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, ¡pero tenía que ser una princesa de verdad! Entonces comenzó a viajar por todo el mundo, pero cada vez no podía decidirse: había princesas en casi todas partes, pero ¿eran verdaderas princesas? Nunca se podía estar seguro: cada vez parecía que faltaba algo. Finalmente decidió regresar a su hogar, pero se llenó de tristeza al no poder encontrar una verdadera princesa.
Una noche, cuando hacía un tiempo horrible, con relámpagos, truenos y agua a cántaros, alguien llamó a las puertas de la ciudad y el viejo rey fue a abrir la puerta.
Fuera de los muros había una princesa: ¡Dios mío, la lluvia y el mal tiempo la habían tratado bien mal! El agua le golpeaba el pelo y la ropa, entraba en los zapatos por las puntas y salía por los talones: sin embargo, ella afirmaba ser una auténtica princesa.
- “Ya veremos”, pensó la vieja reina, pero no dijo nada: entró en la habitación, quitó el colchón de la cama y puso un guisante debajo; luego tomó veinte colchones y los puso sobre el guisante, y encima de los colchones puso veinte almohadas grandes de plumas.
Esa noche la princesa durmió allí. A la mañana siguiente le preguntaron cómo dormía.
- "¡Muy mal!" la niña se quejó: “¡Apenas pegué un ojo en toda la noche! ¡Quién sabe qué había en esa cama! Estaba acostada sobre algo duro y me salió un enorme hematoma azul y marrón. ¡Fue terrible!"
Entonces comprendieron que ella era una auténtica princesa, porque había sentido el guisante a través de veinte colchones y veinte grandes almohadas de plumas. ¡Sólo una princesa podría tener una piel tan sensible! Así que el príncipe la tomó por esposa, convencido finalmente de que había conocido a una verdadera princesa, y el guisante acabó en un museo, donde, si nadie vino a robarlo, todavía se puede ver. ¿Y es esta una historia real?
EL PROBLEMA NO ES ENCONTRAR A LA PERSONA ADECUADA,
SINO SER TU EL ADECUADO.
Este cuento de hadas tiene una doble lectura, una es puramente psicológica por lo tanto el significado del príncipe y la princesa está ligado a su naturaleza arquetípica, representan aspectos psíquicos masculinos y femeninos que evolucionan hacia una "realeza" que toma la forma de crecimiento y el poder personal que sólo puede surgir mediante la aceptación de la edad adulta. El príncipe, por tanto, aún no es Rey, no es maduro, no es independiente, no tiene dominio de sí mismo, es juguetón, imaginativo, despreocupado, por eso es el arquetipo femenino por excelencia: las mujeres buscan este eterno, puro, amor perfecto, divino, en definitiva despreocupado, pero precisamente por eso es IRREAL, platónico, hecho para el uso y el consumo, porque buscamos la necesidad y por eso siempre terminamos en función del otro (siendo usados en el nombre del amor real que aún no existe).
De hecho, en el cuento de hadas vemos inmediatamente a un príncipe que tiene mucho de soltería moderna: "Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, ¡pero tenía que ser una princesa de verdad!", pero si èl No es real ni verdadero, es un inmaduro, ¿qué puede encontrar o atraer? solo princesas igualmente falsas e inmaduras como él, porque una mujer madura no se mete con un chiquillo come eso. El problema no es encontrar a la persona adecuada sino convertirse en la persona adecuada primero uno consigo mismo, sólo así podrás reconocer quién tiene razón o no. De hecho, como veremos en los siguientes posts, no es él quien elige su pareja sino su madre; a nivel psicológico sería su regresión inconsciente de la necesidad materna y no su madurez como varón independiente, el verdadero hombre busca la mujer, el hombre inmaduro busca la madre en la mujer. Lo mismo vale para la mujer.
EL PRÍNCIPE AZUL VE TODO NEGRO
Resumamos: el príncipe como inmaduro, por tanto, todavía no es Rey, no es hombre; Por lo tanto, un trotamundos como aventurero no está hecho para historias estables; es el arquetipo del aún inmaduro animus masculino junguiano, representa esa incapacidad de decidir, de comprender cuál es el camino absoluto y definitivo; como está perdido, es un niño para el cual, como dice el cuento, siempre termina regresando a casa (lo que representa la regresión infantil o la inseguridad de quienes viven según patrones sociales): "Empezó a viajar por todas partes alrededor del mundo (aquí la apariencia de un adulto falso, va a todas partes pero no sabe dónde está), pero cada vez no podía decidirse: había princesas en casi todas partes, pero ¿eran princesas reales? "Nunca se sabe con seguridad: cada vez parecía que le faltaba algo a ellas (no se que es a èl al que le hace falta no algo sino tanto por crecer). Finalmente decidió regresar a su casa, pero estaba lleno de tristeza por no haber podido encontrar una verdadera princesa." La persona inmadura busca la felicidad en los demás y no sabe dar felicidad porque no la tiene en sì mismo, por eso sólo encuentra obstáculos, mientras que la persona madura es feliz y sabe dar la felicidad, porque encuentra su felicidad en sí mismo y puede darla sin perderse; el infantil depende como el niño del otro, de no ser él mismo, por lo tanto también de tener un amor, una carrera, un título, una fama... siempre son dependientes, atados a estos globos de los niños que los hacen soñar de volar alto, pero al final siempre se encuentran volviendo a casa con mamá: descontento, aburrimiento, inseguridad, indecisión.
SI NUNCA TE PIERDES NUNCA TE ENCONTRARÁS
El punto de inflexión en el cuento de hadas siempre está rodeado de una crisis, algún desastre, una muerte, una decepción, en este caso es el clima: "Una noche había un clima horrible, con relámpagos, truenos y un aguacero terrible, alguien llama a la puerta de la ciudad y el viejo rey fue a abrirla. El tiempo es un reflejo del alma, la lluvia llama a cobrar vida (es simbolo de agua, es decir vida, bautismo, iniciación), mojarse es una amenaza de perder el calor (tus certezas, tu razón de vivir), el sonido de los truenos son muchas veces las voces de la ansiedad dentro de nosotros, los relámpagos son luces, intuiciones que sin embargo a veces nos revelan duras verdades... es precisamente en estos momentos que alguien llama a la puerta del alma, es nuestra voz interior y pongan cuidado: es el viejo Rey quien abre las puertas. Es la unica vez que aparece el padre en todo el cuento, nunca hablará, nunca deciderà nada, nunca se vuelve a ver, pero sólo él (la humilde de la experiencia) puede abrir las puertas del corazón a la espiritualidad: ¡Fuera de los muros había una princesa (simboliza el Alma)!.
PODER PSÍQUICO
Cuidado con las apariencias, así nos llega el poder interior: detrás de la debilidad, la necesidad, la frustración. El cuento prosigue: "Detrás de los muros había una princesa. ¡Dios mío, la lluvia y el mal tiempo la habían tratado bien mal! El agua le golpeaba el pelo y la ropa, entraba en los zapatos por las puntas y salía por los talones: sin embargo, decía ser una verdadera princesa". Así se nos presenta el poder del espíritu: empapado, porque el dolor penetra el alma, la desnuda, la deja perdida en el pavimento de la noche, porque la conciencia parte precisamente del poder de captar lo absurdo, de percibir la nada del vivir humano en un mundo que hizo real, por eso toca ese castillo; nadie diría que un alma pobre, humilde, sencilla, insignificante para el juicio de la multitud, es una princesa. ¿Pero será posible que esta princesa que sabe vagar en la oscuridad de la tormenta con el alma empapada en el frío de la lluvia existencial sea la misma caprichosa, mimada y arrogante que no soporta ni un guisante debajo de decenas de colchones?, aquí está la clave escondida del secreto de este cuento de hadas, todo por descubrir como veremos en las siguientes publicaciones.
EL QUE ESTÉ LIBRE DE NEUROSIS TIRA LA PRIMERA PIEDRA
La suegra pone a prueba a su nuera que dice ser una verdadera princesa:
- “Esto se verá”, pensó la vieja reina, pero no dijo nada: entró en la habitación, sacó el colchón de la cama y puso un guisante debajo en el fondo, luego tomó veinte colchones y los puso sobre el guisante, y encima de los colchones colocó otras veinte almohadas grandes de plumas". Ahora decodifiquemos los símbolos:
El guisante dentro del colchón es una manera de decir y hacer, significa, como dicen los italianos, tener esqueletos en los armarios, esconder elefantes en los bolsillos (el evangelio dice que somos sepulcros blanqueados, es decir que por fuera aparecemos limpios pero por dentro escondemos nuestras desgracias) y al final, como veremos, a la mañana siguiente, se siente como una piedrecita dentro de tu zapato, asì durmió la princesa, un poco mal. La suegra vuelve a ser un arquetipo negativo de esa parte psíquica que nos antepone nuestros límites o en secreto, es moral hecha divina, por tanto Reina. La suegra por eso encarna una parte de la conciencia que nos dice donde está nuestro error (el guisante), aunque ella no vea el error suyo
NO PUEDES DORMIR
CON UN GUISANTE OCULTO
EN EL COLCHÓN DE LA CONCIENCIA.
EL GUISANTE,
COMO SENTIMIENTO DE CULPA,
SIEMPRE SERÁ
MÁS GRANDE QUE EL MISMO COLCHÓN.
LAS REPERCUSIONES EN LA PSIQUIS
Quienes están acostumbrados a hurgar en lo más profundo del alma (en este caso durmiendo en la cama preparada por la Reina) saben cuán gigantescos, pesados, enormes, ruidosos, incluso atroces, se vuelven los sentimientos, los pensamientos, los recuerdos, los sentimientos de culpa: en el alma todo es enorme, aunque un simple guisante cubierto con 20 colchones no se puede amortiguar (ocultar), las pasiones, los placeres, las culpas, las ansiedades, los miedos...etc. nunca se ocultan, tienen una dimensión o espesor imposible de ignorarlos. Porque en el alma hay un vacío, si entras en el vació se crea un eco, en el eco como un amplificador todo se vuelve màs grande. El guisante debajo del colchón se puede sentir tanto como un guijarro dentro del zapato, porque es símbolo de un malestar psíquico que, aunque cubierto u oculto por muchas excusas, tanto el inconsciente como la conciencia lo perciben por igual.
HIPERSENSIBILIDAD PSICÓTICA
Esa noche la princesa durmió allí. A la mañana siguiente le preguntaron cómo dormía.
- "¡Muy mal!" la niña se quejó: “¡Apenas pegué un ojo en toda la noche! ¡Quién sabe qué había en esa cama! Estaba acostada sobre algo duro y me salió un enorme hematoma azul y marrón en el costado. ¡Fue terrible!". ¿Pero qué tan terrible podría ser un guisante escondido debajo de 20 colchones? Terrible, en cambio, sería la princesa, pero si la reina quisiera una nuera hecha a su imagen y semejanza real y, si por real entendemos el aspecto material y por tanto ser esnob, orgullosa, sofisticada, arrogante , quisquillosa, entonces ella es una verdadera princesa en el sentido de "buena para nada", una caprichosa intocable e intolerable. La madre habría elegido para su hijo una esposa "PERFECTA" que lo eclipsará y le hará la vida imposible: las personas hipersensibles son histéricas, hacen de todo un drama, ven gigantes donde hay hormigas, insoportables. El príncipe acabará como el rey: perdido, escondido e insignificante en aquel castillo, alguien que también hace de portero, silencioso, eclipsado por la Reina. Esta es la lectura exterior y comun. Pero por lo dicho hasta ahora creo que el verdadero significado se esconde en la relectura psicológica e interior y no en la material, de lo contrario esta princesa hipersensible que actúa delicada después de haber sido casi una niña perdida que apareció de la nada en la noche bajo la tormenta, realmente sería una elección equivocada por parte de la Reina y entonces la Reina sería verdaderamente una suegra insoportable, amante de las apariencias y la superficialidad. Una madre pérfida, como lo saben ser las suegras que quieren competir con todas las mujeres para demostrarles que ninguna amará a sus hijos como ellas los aman (como ellas los emboban y destruyen)
LA INTUICIÓN CAPTURA CADA SUTILIDAD
A simple vista un guisante debajo de un colchón parece no tener sentido, pero sin embargo, como hemos visto en los post anteriores, si se reinterpreta en clave psicoanalítica el diminuto guisante (es decir el propio límite) bajo los innumerables colchones (las apariencias bajo las cuales escondemos nuestras imperfecciones), la elección de la Reina (intuición femenina) habría sido verdaderamente acertada: elige a una chica capaz de autocrítica, de sensibilidad para captar el más mínimo defecto durante su sueño (inconsciente): ésta es una verdadera princesa, es sentido crítico y de conciencia. Un alma sabia no se da paz (no duerme) por pequeña que sea su ignorancia, no duerme en ella: "¡Dormí muy mal!" La niña se quejó: "¡Apenas pegué ojo en toda la noche! ¡Quién sabe qué había en esa cama! Estaba acostada sobre algo duro y me salió un enorme moretón azul y marrón en el costado". Ese moretón son la sombra de nuestros traumas cuando dormimos mucho tiempo sobre ellos, es decir sin darles importancia.
EL ALMA GRANDE SABE ADAPTACIÓN A LA PEQUEÑEZ
Si interpretamos el guisante como un signo de riqueza y nobleza, sabemos bien que una verdadera alma espiritual no busca sólo las apariencias, el materialismo y el bienestar en la vida. La princesa sabe que la Reina la colma de comodidades (20 colchones) pero le oculta la esencia real (la comida real, es decir el conocimiento del espíritu), un alma que duerme, o mejor dicho, que desconoce e ignora su espiritualidad, no puede evitar dormir mal si es coherente con su dignidad humana, por eso la princesa no valora la comodidad pero se siente mal por no tener un guisante en la mesa: el alimento espiritual en el lugar adecuado.
HAMBRE ESPIRITUAL EN UN MUNDO DE JOLGORIO
A menudo la gente muere de hambre interior pero llena sus casas de cosas inútiles (aquí está la cama con 20 colchones), tiene el corazón vacío pero abarrota sus armarios de ropa y zapatos. Por eso, la reina esconde un simple e insignificante guisante (la sabiduría faltante) bajo esta montaña de materialismo, pero precisamente porque ace falta duele mucho y la verdadera alma o princesa no podrá dormir en paz: ¿cuántas personas hoy aparentemente tienen una vida cómoda y sin embargo no tienen paz en el alma? (el dormir bien es signo de paz), pero creen que duermen bien, aquí está la diferencia entre los que están listos para despertar y los que están petrificados: Así entendieron que ella era una verdadera princesa, porque había palpado el guisante a través de veinte colchones y veinte grandes almohadas de plumas. ¡Sólo una princesa podría tener una piel tan sensible! Cuando la piel del alma está entumecida, entonces la gente no duerme sin darse cuenta, sino que está muerta en su ignorancia.
LA PRINCESA Y EL GUISANTE,
ARQUETIPO DEL ALMA
BAJO LA SESIÓN PSICOANALÍTICA
VIVIR AL NIVEL DE LA SOMBRA DE LA SUEGRA
Otra interpretación de esta prueba, a la que somete a la princesa su futura suegra, podría ser de carácter sexual y por tanto de celos maternos. La cama es un símbolo del amor de pareja, de un nido donde el amor se consume y revive a través del apareamiento. Elevar la cama a alturas desproporcionadas significa: “el amor que le he enseñado a mi hijo por mí, no sé si podría llegar a ti, si estás a su altura como yo”; el guisante oculto o escondido serían los celos maternos de esta suegra, que sin embargo son percibidos como sentidos y sufridos por la princesa a pesar del grosor de los colchones; parecería imposible que una madre tuviera una emoción física, carnal y sexual por su proprio hijo... sin embargo ese guisante es ese amor incestuoso que todas las esposas lo sienten molesto por parte de sus suegras.
EL ALMA EQUIVOCADA NUNCA SE QUEDA EN EL LUGAR CORRECTO
Si el escondite del guisante (simbolo del alimento espiritual) estaba mal debajo de los colchones (materialismo), la princesa, una vez que ha comprendido su malestar, sabe que el guisante no sólo debe ser custodiado sino preservado, cultivado: Así el príncipe la tomó como su esposa, convencido finalmente de que había conocido a una verdadera princesa, y el guisante acabó en un museo, donde, si nadie vino a robarlo, todavía se puede ver. Y esta es una historia real... El conocimiento es precioso, más que la realeza del castillo, ennoblece el alma sin apariencia de coronas.
MIENTRAS MÁS EN ALTO SUBE EL MONO, MÁS RIESGO DE QUE SE LE VEA EL CULO
(proverbio colombiano)
La sabiduría de la reina es muy sutil, la prueba a la que somete a la aspirante princesa parecería extraña a primera vista: ¿quieres ver los defectos de una persona? entonces tienes solo que sobreestimarlo, hacerle creer un Dios, esperar a que se convierta en alguien importante, tal vez un líder, ponerlo muy alto, dale poder (aquí están los 20 colchones del lecho real); si la persona es verdaderamente sincera sentirá, reconocerá y declara sus límites o defectos (aquí está la polla escondida debajo de los colchones) si no siente ninguna molestia entonces definitivamente es un insensible, usará ese poder y esas alturas para poner a todos bajo sus pies o debajo de sus 20 colchones. Cuanto más poder tiene una persona, más demuestra sus defectos, si es verdaderamente poderoso sabe reconocer sus defectos (como la princesa mostrò los moretones durmiendo debajo del guisante)
LA PRINCESA DE LOS GUISANTES
... Mientras dormía en la montaña de los halagos, soñaba con un príncipe diferente, capaz de decidir por sí mismo, sin la opinión absoluta de su madre; fue entonces cuando descubrió que tenía que escapar del castillo, del príncipe pretendiente, de su dominante suegra; asì ella se convirtió en el guisante sobre el cual todo el reino nunca pudo dormir, dominar, cocinar, utilizar...
Nessun commento:
Posta un commento