Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Cien años de soledad


CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Cien años de soledad es una novela de 1967 del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, considerada una de las obras más significativas de la literatura del siglo XX. Cuenta la historia de siete generaciones de la familia Buendía, cuyo fundador, José Arcadio, fundó la ciudad de Macondo a finales del siglo XIX. Sin embargo, analizando detenidamente sabemos que una persona tiene una edad media de 80 años, luego en casos excepcionales se llega a los cien años, de ahí el período hipotético en el que vive una persona y puede ver el desarrollo de su vida a través de los acontecimientos de su descendencia. Digamos por tanto que 100 años representan ese ciclo vital en el que una persona tiende a desaparecer de la memoria social. En la novela, si bien vemos 7 generaciones (porque en esa época era costumbre tener hijos a tierna edad), en realidad toda la historia abarca sólo una generación: la de la vida de José Arcadio Buendía y su esposa (prima hermana de primer grado) Úrsula Iguarán.

4 PUNTOS CARDINALES EN 100 AÑOS DE SOLEDAD
 La novela es un borrador largo de una sola historia sin ningún título, podemos decir que los acontecimientos principales están divididos por un salto de página que marca los 20 capítulos que ni siquiera están numerados y listo. Desde la fundación de Macondo hasta su fin transcurren aproximadamente cien años de "soledad"; aproximadamente equivalente - en la imaginación del autor - al período colombiano que va desde 1830 (el año de la fundación de Colombia simbolizado por Macondo) hasta la depresión económica post-bananera de 1930, como puede verse en los pocos acontecimientos históricos recordados y las tecnologías utilizadas en el romanzo. De esto entendemos por qué una de las interpretaciones más comunes es que el libro es una alegoría de la historia colombiana. La familia Buendía es vista como una representación de los hechos históricos y la mitología de la nación con su folclor, tradiciones, creencias y costumbres. La novela explora temas como la estratificación social, la desigualdad de riqueza y el impacto del imperialismo y el neocolonialismo estadounidenses.
En nuestro análisis, sin embargo, decidimos dividir la historia en 4 partes o puntos cardinales:
1. Prehistoria y fundación de Macondo
2. El coronel Aureliano Buendìa y la guerra civil
3. Industrialización y crisis económica
4. El fin de Macondo y la familia Buendìa

LA PREHISTORIA Y LA FUNDACIÓN DE MACONDO
Úrsula Iguarán se casó con su primo José Arcadio Buendía. Tiene miedo de tener un hijo con cola de cerdo por culpa del incesto. Por tanto, se niega temporalmente a consumar el matrimonio. Esto provoca que Prudencio Aguilar se burle de José Arcadio llamándolo impotente ya que su esposa no aparece embarazada, por lo que Arcadio lo mata en un duelo para salvar su honor. Desde entonces, el fantasma de Aguilar lo persigue y el hombre decide abandonar la ciudad y buscar el mar. Inspirado por un sueño durante su viaje hacia la selva en la que ahora se encontraba perdido, José Arcadio Buendía decide detenerse en ese punto del camino y funda Macondo, un pueblo que crece poco a poco.
Como todo tabú, el incesto estaba cubierto de maldiciones supersticiosas y demoníacas, hoy sabemos bien que las deformaciones en los niños se deben a la mutación de un gen resultante de una relación entre parientes consanguíneos, pero las relaciones incetuas siempre han sido permitidas y toleradas en ambientes cerrados y promiscuos, basta pensar en las casas reales o en la misma Biblia encontramos a Abraham el patriarca que se casa con su media hermana Sara. El incesto es un tema recurrente en la novela y es también la soledad y el amor inmediato lo que nos lleva a vincularnos emocional e incluso sexualmente con las personas que tenemos tan cerca, aunque sean nuestros familiares más cercanos.
Podemos definir el fantasma de Prudencio Aguilar como un dolor o remordimiento de conciencia que atormenta al matrimonio Úrsula y Arcadio (de hecho sólo ellos dos pueden ver al fantasma). Piensan en dejar atrás el fantasma de Prudencio, pero como veremos más adelante, el fantasma está dentro de ellos y finalmente reaparece. No solucionamos los problemas ignorándolos, dondequiera que vayamos llevaremos con nosotros el problema que es nuestra propia incapacidad para afrontar tal situación.
PD: ilustración de Luisa Rivera

ÚRSULA IGUARAN
Úrsula Iguarán es un personaje imaginario de la novela Cien Años de Soledad y representa a la mujer fuerte que lleva adelante a su familia, ese tipo de mujer que llena no solo la casa sino la vida de todos los miembros de la familia, es el alma de la novela, ella es para todos pero nadie es para ella, siempre está sola durante cien años, porque murió a una edad muy avanzada (entre ciento quince y ciento veintidós años) y completamente ciega.
Úrsula es el retrato de la mujer latinoamericana que se entrega totalmente a los demás, se convierte en matrona, progenitora, patrona, columna vertebral y piedra angular de toda la estructura social, aunque junto a su marido es ella quien actúa como padre y madre en al mismo tiempo y mantiene económicamente a la familia; una mujer capaz de seguir a su hombre incluso en la locura de encontrar el mar y mantenerlo atado a un castaño cuando pierde la cabeza, pero el verdadero árbol de toda la familia al que todos están vinculados es ella misma, Úrsula Iguarán: Trabajadora, resiliente, líder y sostén de la familia, una matriarca amorosa y devota. Cuando el escritor Gabriel García Márquez trazó los rasgos de Úrsula Iguarán en Cien años de soledad pensaba en su abuela Mina, pero no imaginó que ella terminaría definiendo a la mujer latinoamericana. Las feministas modernas deberían reflexionar sobre este paradigma: Úrsula, a pesar de vivir en un contexto social todavía marcado por reglas machistas y patriarcales, es ella quien manda y dirige la orquesta, porque cuando una mujer es verdadera el hombre no tiene miedo de darle su poder. El hombre quiere gobernar fuera del hogar, a su manera, pero el hogar es el mundo y el reino de la mujer y en ese hogar todo hombre obedece a una mujer de verdad y nunca a una feminista.

MELQUÍADES
Melquíades es un personaje ficticio de la novela Cien años de soledad y es un gitano que llega al pueblo de Macondo trayendo consigo tecnologías y conocimientos desconocidos para los habitantes. Su figura se convierte en símbolo de misterio, sabiduría y conocimiento ancestral, así como del descubrimiento de lo que se llama ciencia. La eterna lucha entre ciencia y religión se vive en Macondo entre la nueva ciencia de Melquíades, que es una alquimia, y las creencias supersticiosas o mágicas de los pueblos primitivos. El realismo mágico describe una realidad en la que la magia es cotidiana y no sorprende a nadie, mientras que los descubrimientos científicos parecen milagros, manipulaciones de la naturaleza. La magia tiene una carga instrumental en cien años de soledad, porque el hombre primitivo tenía una percepción connatural con los acontecimientos de su mundo donde todo era divino y demoníaco, mientras que la ciencia aplana y hace que todo se vuelva simplemente humano. Melquíades, en cambio, muestra la ciencia a través del esoterismo y la magia, es un puente entre pasado y futuro, entre tradición y modernidad. No es casualidad que haya sido Melquíades quien liberó al pueblo durante la epidemia del insomnio a través del sueño, símbolo de meditación e introspección, los ha curado de la fiebre del materialismo: no dormir para producir más, para vivir más y por tanto consumir, éste es el sueño del progreso.
Melquíades permanece en Macondo donde escribió unos pergaminos en su lengua natal, que es el sánscrito, por lo que pudo ser originario de la India o Nepal, que no se pueden leer hasta que no hayan pasado 100 años desde que fueron escritos y que tienen que ver con el destino familiar.

¿SABÍAS QUE... ?
El nome de Melquiades deriva del nombre griego Μιλτιάδης (Milcíades), basado en el término μίλτος (miltos, "tierra roja", "ocre rojo") combinado con el sufijo ιδης (ides); probablemente era un apodo usado para hombres con barba o pelo rojo. Otro personaje famoso con este nombre fue nada menos que  el 32º obispo de Roma y sucesor de San Pedro, entre 311 y 314, es decir el segundo papa y era de origen africano.
En el romanzo Cien años de soledad el gitano Melquíades regresa a Macondo porque “Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.”
Es asì como Melquiades resucita una y otra vez, pero decide quedarse en Macondo a morir de Soledad, la única que de verdad lo podìa matar. 

MACONDO
La ciudad de Macondo fue fundada por José Arcadio Buendía y miembros de su expedición compuesta por varios amigos, sus esposas e hijos. Su objetivo era cruzar las montañas hacia el oeste en busca de una salida al mar (símbolo de inmensidad e infinito). Una noche ya perdidos en medio de los pantanos, después de haber vagado durante 26 meses, José Arcadio Buendía soñó con una ciudad ruidosa con casas de paredes espejadas que se llamaba Macondo. Macondo es para la familia Buendía como nuestra sociedad es para cada familia, porque Macondo es símbolo de una sociedad donde el progreso se entrelaza con las culturas y tradiciones que nos han formado y forjado: somos la tierra en la que crecimos.
Arcadio fundó Macondo en la desesperación de no querer volver atrás y no saber cómo seguir adelante, por lo que la ciudad va del cielo al infierno, siendo una construcción de los acontecimientos de las tribus salvajes y nómadas hasta la modernización en la Colombia rural de los últimos 5 siglos.
Así nació Macondo, a orillas de un río de aguas cristalinas. Así lo describe Gabriel García Márquez aunque en realidad esa novela cuenta la historia de su ciudad natal, Aracataca, departamento del Magdalena, y, por supuesto, del río Aracataca. Años más tarde, Gabriel García Márquez en su autobiografía “Vivir para Contarla” (2002) señala que “Macondo” era el nombre de una finca bananera cercana a Aracataca, pero el origen de la palabra Macondo es africano de la lengua bantú (makinde) y significa plátano, más conocido como la 'comida del diablo'.

ÚRSULA SALVA A MACONDO
Leemos un episodio muy particular de la novela donde podemos constatar la fuerza de Úrsula, su concreción y funcionalidad en la vida práctica:
- "Nunca llegaremos a ninguna parte", se quejó Arcadio a Úrsula. “Aquí debemos pudrirnos en la vida sin recibir los beneficios de la ciencia”. Esa certeza, rumiada durante varios meses en la sala del laboratorio, lo llevó a concebir el proyecto de trasladar a Macondo a un lugar más favorable. Pero esta vez Úrsula se anticipó a sus febriles planes. En un trabajo secreto e incesante, predispuso a las mujeres del pueblo a la volubilidad de sus hombres, que ya empezaban a preparar la mudanza... Sólo cuando empezó a desmontar la puerta de la pequeña habitación, Úrsula se atrevió a Le preguntó por qué lo hacía y él le respondió con cierta amargura: "Como nadie quiere irse, nos iremos solos". Úrsula no había cambiado.
- No nos iremos —dijo—. Aquí nos quedamos, porque aquí hemos tenido un hijo.
- Todavía no tenemos un muerto —dijo él—. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.
- Úrsula replicó, con una suave firmeza: "Si es necesario que yo me muera para que se queden aquí, me muero" José Arcadio Buendía no creyó que fuera tan rígida la voluntad de su mujer....
- En vez de andar pensando en tus alocadas novelerías, debes ocuparte de tus hijos —replicó ella—. Míralos cómo están, abandonados a la buena de Dios, igual que los burros.

LA MAGIA DE MACONDO FUE SU SECULARIDAD NATURAL
Hay un mensaje de suma importancia y de inmenso significado revolucionario, un mensaje que muchas veces no es evaluado o resaltado porque resulta inconveniente para nuestra estructura social gubernamental: Macondo era laico, es decir, no necesitaba de la política para ser justo ni de la religión para ser buenos, es necesario solo tener una conciencia para vivir en paz y armonía con todos.
Macondo seguía las leyes de la naturaleza y el sentido común, esto era suficiente para vivir en armonía y paz. Hay 3 poderes para vivir en comunidad: el poder de la fuerza (donde gobierna el más fuerte, es la ley del animal), el poder de la ley (donde la autoridad gobierna y las fuerzas armadas regulan a los que aún se comportan como animales y no cumplen la ley) y el poder del amor (donde cada uno cumple con su deber sin necesidad de gobierno, ni Dios, ni policía). La familia debe vivir según el poder del amor y sabemos bien que la familia es la célula de la sociedad, la familia es una sociedad en miniatura, por eso todos los problemas sociales surgen en las familias (de un amor fallido como veremos más adelante). Cuando el amor no se cultiva ni se vive, la familia desciende del poder fraternal al poder político y necesita leyes y policías que castiguen a quienes no siguen las leyes, y luego también la religión para culpar a la conciencia que no sigue las leyes. La religión es un poder más sutil y diabólico porque hace que se haga justicia en nombre del amor de Dios, pero en realidad esto es sólo una táctica política ideológica.
“José Arcadio Buendía […] había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde todas podría llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y […] ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor”
Con esta sencilla descripción vemos la justicia, la bondad, la igualdad y la armonía o amor que se vivía en Macondo. De hecho, cuando la autoridad llegó a Macondo trajo consigo la división de los partidos políticos y luego consecuentemente la guerra, mientras la religión sembraba el sentimiento de culpa y vergüenza de un pecado original que nadie sabía que tenía, porque no había pecado original en un pueblo que vivía según una conciencia natural sin un Dios ofendido y resentido.

EL PODER DE LOS NOMBRES
El nombre es la síntesis de nuestra personalidad, de nuestro ego con el que nos identificamos. Sin embargo, cada uno de nosotros es único, por lo que ni siquiera deberían existir dos nombres idénticos en el mundo porque nadie es igual a ti. Una de las mayores dificultades psicológicas es que llevamos con nosotros la culpa de nuestros padres, por tanto sus traumas, complejos, decepciones, expectativas. Llevar el nombre de otra persona es repetirse, utilizar el mismo patrón, no romper las cadenas y seguir cometiendo los mismos errores. Cien Años de Soledad retrata la constelación de un árbol genealógico como un ciclo que se alimenta de la tierra con las mismas raíces y sustancias, por lo que repetimos las mismas historias del lugar donde nacemos y, al mismo tiempo, cómo se desarrolla la identidad de nuestro lugar de origen depende de la historia de nuestra familia y revivimos los traumas no curados de nuestros familiares, por esta razón una de las particularidades más singulares de esta novela son los nombres de los personajes, los cuales se repiten hasta el punto de confundirse y confundirnos. Un lector distraído acaba perdiéndose en los meandros de algunos nombres que, como una epidemia de identidades, se multiplican hasta acabar sin saber de quién estamos hablando: Josè Arcadio, Arcadio, Aureliano Josè, 17 Aurelianos que son los hijos del coronel en sus viajes de guerra. Luego también está Remedios Moscote, Remedios La Bella; Úrsula y Amaranta quienes tendrán una bisnieta llamada Amaranta Úrsula. Y para terminar de enloquecer nuestra atención estarán los gemelos Aureliano Segundo y Josè Arcadio Segundo que también intercambian identidades y se hacen pasar el uno por el otro, incluso cuando mueren los dos cuerpos se intercambian dentro de los ataúdes por descuido de amigos borrachos, por lo que fueron enterrados en tumbas equivocadas.

¿POR QUÉ SE REPITEN LOS NOMBRES?
En la novela encontramos a 5 Arcadios y 5 Aurelianos más los 17 Aurelianos tomados en conjunto, como un montón, una masa, símbolo de una sociedad en la que todos son hijos de Adán o Aureliano. Úrsula lo había intuido en sus reflexiones: "A lo largo de la larga historia de la familia, la insistente repetición de nombres le había hecho sacar algunas conclusiones que parecían ciertas. Mientras que los Aureliano eran retraídos, pero de mente lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados con un signo trágico".
 Los hombres de la familia Buendía que heredan este nombre repiten en todas sus generaciones la misma historia de descubrimiento sexual, rebelión e incesto, para terminar en la fatalidad de las traiciones, las muertes y la soledad. El nombre se convierte así en un patrón psíquico, casi un moho o una podredumbre o defecto de fábrica. En la Biblia dice que nuestros hijos pagarán por nuestros pecados de generación en generación, esto significa heredar los traumas y características enfermizas de nuestros antepasados. Los ciclos también acechan la vida amorosa de todos los miembros de la familia, llevando a los amantes que no son parientes consanguíneos a una muerte prematura y condenando su envejecimiento a la soledad y el olvido. Pensemos por ejemplo en Pilar Ternera, a pesar de haber tenido otras 5 hijas, solo abandonó a los niños Buendìa: Arcadio y Aureliano, los mismos nombres, el mismo psicótico patrón de la desgracia.
Siempre y cada vez que seguimos los torcidos pasos de nuestros padres todos nos llamamos Aureliano o Arcadio. Como decía Einstein “no podemos esperar resultados diferentes si siempre seguimos el mismo procedimiento”, es decir, si todos nos llamamos Arcadio o Aureliano acabaremos decepcionados y solos.
Màs que un nombre son patrones erróneos de comportamiento y actitud psichica.

PILAR TERNERA
La otra mujer destacada es Pilar Ternera. Entre los fundadores originales de Macondo, sus padres la llevaron allí para separarla de un hombre que la violó a los catorce años. Pilar llega a casa de los Buendía como chica de la limpieza, pero pronto empieza a leerles el futuro en sus cartas. Se convierte en amante de los hijos Buendía, primero de José Arcadio, luego de Aureliano y concibe dos hijos con cada uno de ellos (Arcadio y Aureliano José). Debemos preguntarnos: ¿por qué un pequeño pueblo como Macondo sin religión (sin iglesias) y sin política (sin ayuntamiento) a pesar de todo tiene en su lugar un prostíbulo? Porque desde tiempos inmemoriales, desde la antigüedad, los hombres han necesitado confiar y desahogar dolores, traumas, compensaciones psicológicas y deseos nunca satisfechos en casa a una prostituta o amante. La prostitución no es la profesión más antigua del mundo, pero sí es el privilegio más ancestral que tienen solo los hombres. Pilar es en cierto modo una prostituta sagrada y se la describe en términos de belleza desperdiciada. En su vejez, se convierte en señora de un prostíbulo local pero "nunca cobra por el servicio", lo hace por placer, pasión y vocación y de hecho nunca ha negado su cuerpo, como nunca ha rechazado a innumerables hombres que la buscaban, incluso en el ocaso de su madurez, para ella lo único indispensable era el deseo y el placer.
El hijo de Pilar, Arcadio, es criado por los Buendía; nunca se entera de que Pilar Ternera es su madre. Una vez intenta seducirla, pero ella huye pagando a Sofía de la Piedad para que se convierta en su amante. Aureliano José en cambio siente por ella la misma atracción que su hermano Arcadio, pero descubre que ella es su madre. Cuando se produce esta revelación, los dos se vuelven muy íntimos, "cómplices en la soledad". Pilar Ternera vive ciento cuarenta y cinco años; finalmente aparece como una señora que consuela al melancólico Aureliano Babilonia. Muere en su mecedora y, según sus deseos, es enterrada en esa silla bajo el centro de la pista de baile del burdel. Allí, en su tumba, "se pudrirían los pecados del pasado".

«Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.» 
- Pilar Ternera -

EL CORONEL Y LA GUERRA CIVIL
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". Así comienza Cien años de soledad. Un hecho histórico se entrelaza en los acontecimientos de la novela y es la Guerra Civil de los Mil Días, un conflicto civil que se libró en Colombia entre el 17 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902. Una sección de la novela dice lo siguiente: "Las elecciones transcurrieron sin incidentes....  don Apolinar Moscote selló la urna con una etiqueta cruzada con su firma. Esa noche, mientras jugaba dominó con Aureliano, le ordenó al sargento romper la etiqueta para contar los votos. Había casi tantas papeletas rojas como azules, pero el sargento solo dejó diez rojas y completó la diferencia con azules. Luego volvieron a sellar la urna con una etiqueta nueva y al día siguiente a primera hora se la llevaron para la capital de la provincia". Fue aquì donde Aureliano perdìo la fe y la confianza en los conservadores (los azules) y decidiò apoyar los liberales (los rojos). Cuando estalla la guerra, Aureliano Buendía al mando de un grupo de soldados de Macondo, fue a la guerra y nombró a su sobrino Arcadio jefe civil y militar de la ciudad. Arcadio creció en la casa de sus abuelos con la condición de que se le ocultaran sus orígenes (era hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, el hijo mayor de los Buendìa). Cuando es nombrado jefe de Macondo, se convierte en dictador y tiraniza la ciudad (fue director de la escuela y convierte a sus alumnos en soldados). Muere fusilado por los conservadores.
La guerra puso fin a la vida rural y pacífica de Macondo y demostró cómo la justicia no hacía más que sembrar injusticia, la autoridad se demuestra en su abuso de poder.
PD: ilustración de Luisa Rivera

LOS COLORES DESVANECIDOS DE LA MENTALIDAD POLÍTICA
Imponer una idea es un abuso de poder, convertirla en ley es violencia psicológica. En la novela vemos cómo las facciones políticas no respetan la libertad de expresión e imponen sus ideologías: los conservadores quieren que la gente pinte sus casas de azul mientras que los liberales quieren que la gente pinte sus casas de rojo. Aureliano pero entendí bien esta idiotez cuando dice:
"La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores a misa de ocho" 

EL CORONEL ES UN NUEVO SÍSIFO
Durante su actividad como líder de los liberales, el coronel Aureliano Buendía enfrentó un total de 32 batallas, de las cuales siempre salió perdedor. No era un hombre hecho para la guerra, pero tomó las armas por sentido humanitario contra las injusticias que se hacía contra su pueblo. Cansado, comprende que la lucha armada no tiene sentido: son los hombres del pueblo los que se matan entre sí mientras los políticos al final encuentran la manera de dividir el poder en paz. Regresa a Macondo, donde pasará el resto de su vida haciendo y deshaciendo peces de metal en su laboratorio (el abuelo materno de Gabriel García Márquez también hacía el mismo trabajo), sufriendo así la llamada sentencia de Sísifo, condenado a rodar eternamente hacia la cima de la colina una roca que, una vez empujada siempre vuelve a rodar cuesta abajo. El mito de Sísifo se ha convertido en un símbolo de resistencia, perseverancia y aceptación de la vida a pesar de las dificultades y la falta de sentido.
 Durante la guerra el coronel tuvo 17 hijos de 17 mujeres diferentes y este hecho tiene un precedente histórico: ¿Recuerda al gran libertador de América Latina, el general Simón Bolívar? En sus viajes por el país, en cada lugar donde paraba las madres le ofrecían a sus hijas sólo para pasar la noche, porque existía una tradición y una creencia según la cual las mujeres jóvenes eran enviadas a la cama con los soldados para tener hijos fuertes que mejoraran la raza y así fue que el coronel Aureliano Buendía sembró hijos en su camino de batallas, al igual que el Libertador Simón Bolívar. Pero Gabriel García Márquez dice que se inspiró en el general Rafael Uribe Uribe, tanto por el físico del coronel, que se corresponde en todos los aspectos con el del general (constitución delgada y huesuda, bigote afilado, mirada penetrante), como por el hecho de que ambos son liberales y por el hecho de que perdieron todas las guerras civiles que iniciaron. El coronel muere en la completa soledad de su laboratorio de peces de metal mientras orina, después de sentarse en la puerta de su casa y ver pasar una procesión.

INDUSTRIALIZACIÓN Y CRISIS ECONÓMICA
Macondo es la conquista de un pequeño grupo de personas que fundaron una comunidad de manera primitiva y natural, vivieron felices y en armonía, pero luego Macondo fue conquistado por el progreso y la tecnología de manera salvaje y antinatural, sembrando muerte y destrucción. La pregunta sigue siendo si podemos llamar a este fenómeno progreso.
Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo, deja la dirección del negocio a su hermano Aureliano Centeno y abandona la ciudad con la idea de traer el tren. Regresa al poco tiempo cumpliendo su misión, lo que genera un gran desarrollo, ya que con el tren también llegan el telégrafo, el gramófono y el cine. La ciudad se convierte entonces en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares. Unos extranjeros recién llegados inician una plantación de plátanos cerca de Macondo.
 De la paz a la guerra, la situaciòn se invierte y de ahí que la novela sea una alegoría política y crítica del imperialismo. Cien años de soledad retrata las fuerzas imperialistas representadas por la compañía bananera extranjera que llega a Macondo. La empresa explota la tierra y la gente para su propio beneficio y destruye el modo de vida tradicional en Macondo. Son 3 plagas sociales que afectan a Macondo: capitalismo, imperialismo y globalización. En este sentido Macondo no es otra cosa que el símbolo de cualquier ciudad del mundo actual.
PD: ilustración de Luisa Rivera
 
LAS PERSONAS SE CONVIERTEN EN OBJETOS
Cuando el precio del capitalismo llega a Macondo, el valor de las personas se pierde (precio vs valor), de hecho se habla de las personas como si fueran objetos, cosas, iguales a los plátanos de los que vive la región: 3.000 muertos en un enfrentamiento entre policías y huelguistas... una adolescente "mulata" que tiene que acostarse con 70 hombres cada noche... esta es la visión cruda y cruel que uno espera de una historia ambientada en América Latina, donde la violencia o el abuso son cotidianos y no sorprenden a nadie.
Gabriel García Márquez entreteje en la novela otro hecho histórico colombiano: la Masacre del Banano fue una masacre de trabajadores de la empresa bananera estadounidense a manos del Ejército Nacional de Colombia, que buscaba proteger los intereses de la multinacional United Fruit Company (hoy Chiquita Brands Internacional). La plantación genera la ilusión de prosperidad para la ciudad, pero una huelga de trabajadores hará que todo acabe en una auténtica masacre. Los inversores, después de haber explotado el país, se retiran con su dinero y Macondo vuelve a la pobreza. Luego de la deforestación para aumentar las plantaciones de banano, ocurre el fenómeno de las inundaciones y comienza el apocalipsis para Macondo con la imagen bíblica del diluvio: Llovió durante cuatro años, once meses y dos días.

"Aureliano Buendía rasguñó durante muchas horas, tratando de romperla, la dura cáscara de su soledad. Sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo armando pescaditos de oro. Había tenido que promover 32 guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad." Este trozo de cien años de soledad nos enseña que la vida es muchas veces eso que nos pasa de largo mientras estamos ocupados haciendo otras estupidas cosas y cuando queremos volver a encontrarla para vivirla ya es demasiado tarde.


AMOR EN LA SOLEDAD Y SOLEDAD EN EL AMOR
Si el motivo central de la novela es la soledad, la causa de esta soledad es la imposibilidad de amar. El amor es un elemento central en la búsqueda de la felicidad para muchos personajes de la novela. Sin embargo, las relaciones amorosas en Macondo suelen estar marcadas por la tragedia y el desencanto, porque el amor es un fruto, es el resultado de una evolución, de una madurez mental y espiritual, en cambio confundimos con el amor el nacimiento infantil de los sentimientos y el descubrimiento animal de las pasiones. Veamos algunos ejemplos:
Arcadio se siente condenadamente atraído por Pilar Ternera, pero no sabe que ella es su madre, por lo que esa pasión es pura, porque no ha sufrido ninguna connotación moral (pecado) ni prohibición social (incesto). En Macondo las pasiones se viven en un estado primitivo y por tanto salvaje, pero esto no significa que deban ser demonizadas.
La misma relación de amor entre Arcadio y Úrsula es el eje de toda la saga y, sin embargo, es una relación que dura toda la vida sin llegar a convertirse en un amor maduro (Úrsula siempre permanece marginada y solitaria, Arcadio, centrado en sí mismo, acaba perdiendo la cabeza).
Pensemos en el amor entre Rebeca y José Arcadio, dos volcanes sexuales (ella que hacía temblar la casa masturbándose, él que vivía de gigoló). Rebeca es pura pasión terrenal, sin amor vuelve a comer tierra, pero su pasión llevará misteriosamente a Arcadio bajo tierra, una muerte cuyo misterio nunca fue resuelto.
Amaranta pasa toda su vida luchando contra sus celos y resentimientos, está marcada por la amargura y el rencor, que la llevan a rechazar cualquier posibilidad de felicidad duradera.
El amor en Macondo muchas veces se convierte en una tragedia erótica, se queda en los niveles primordiales y primitivos de la carne y de la pasión desenfrenada, clandestina y prohibida, por lo que las relaciones amorosas casi siempre terminan en traición, celos, fracaso, muerte y soledad. El trauma de la soledad en el amor desciende a niveles tan bajos que también se pone de relieve la zoofilia, estado en el que el hombre busca compañía, emociones, sentimientos y pasiones incluso con los animales, degradación humana máxima de su derrota.
El único amor casi idílico y platónico, inocente y puro, a diferencia del resto de relaciones de la novela, es la relación entre Aureliano Buendía y Remedios Moscote, un breve destello de auténtica felicidad que se ve truncado por la muerte prematura de Remedios, subrayando la fragilidad y la temporalidad de los momentos felices.

AMARANTA
Su nombre ya tiene significado etimológico, proviene de "amaro" es decir amargo (del Latín amarun = licor de sabor amargo. Otra derivaciòn es del greco amarantus que significa duradero) por lo tanto una mujer amargada, pues desde pequeña el movimiento de su vida fueron los celos y la envidia hacia su hermana adoptiva Rebeca, pues en la adolescencia ambas se enamoran de Pietro Crespi, el músico italiano, que eligió a Rebecca, esto la convertirá en una mujer rencorosa, odiosa y vengativa. Muchas desgracias suceden y ella asume la culpa y cree que las paga con autolesiones (se corta la piel, se quema la mano); siempre vivirá en remordimiento y culpa, es un alma pusilánime y mezquina. Quiere ser amada pero incapaz de entregarse y amar, de hecho rechazará a todos los hombres que la desearon. Tiene un vínculo morboso e incetuoso con su sobrino Aureliano Josè (hijo del coronel) y posteriormente con Josè Arcadio (hijo de Aureliano II, uno de los gemelos). Entre las mujeres de la novela, Amaranta es la figura más triste y solitaria, el amor más desperdiciado, la soledad más miserable. Murió célibe y virgen después de tejer y destejer su sudario durante poco más de cuatro años. Esta imagen de tejer y deshacer la costura nos recuerda a la Fidelidad de Penélope que esperaba el amor de Ulises, mientras Amaranta esperaba la muerte, sustituto no de la fidelidad sino de una vida en la que solo fue infiel a sí misma.
"La vida se le iba en bordar el sudario. Se hubiera dicho que bordaba durante el día y desbordaba en la noche, y no con esperanza de derrotar en esa forma la soledad, sino todo lo contrario, para sustentarla"

EL CICLO SE REPITE
La soledad es una situación mental, una suerte de introversión que la descendencia hereda del patriarca José Arcadio y este patrón repetidor lleva a la descendencia a completar el mismo ciclo. De hecho, Arcadio, ante la derrota de los liberales, no acepta rendirse y defiende el pueblo con unos pocos hombres mal armados. Capturado vivo, es fusilado. Su esposa, Santa Sofía de la Piedad, es acogida en la casa por Úrsula con sus 3 hijos y se repite la misma estirpe que los abuelos: 2 niño y una niña. Los Machos, al igual que los tíos de Pilar Ternera, frecuentarán la misma amante, Petra Cotes y tendrán los mismos nombres que los tíos: Aureliano Secondo y Arcadio Secondo. Úrsula cree que los dos hermanos fueron intercambiados siendo niños, pues José Arcadio desarrolla las características de los Aurelianos, es decir, un carácter melancólico y tranquilo, y un físico más delgado propio de José Arcadio. Aureliano II muere de cáncer de garganta y Arcadio II muere sin motivo al mismo tiempo que su gemelo. Sin embargo, los dos cuerpos se intercambian dentro de los ataúdes, debido al descuido de los amigos borrachos.
Cada personaje de Cien años de soledad persigue un objetivo, que al final resulta efímero: desde los amores inalcanzables o prohibidos de los personajes femeninos, hasta los sueños, la mayoría de las veces nunca realizados, de los personajes masculinos. Toda la historia es como una rueda que, de hecho, cada cien años vuelve siempre al punto de partida: cada "héroe" vive su destino inevitable de soledad y locura. Una especie de círculo vicioso del que parece imposible escapar.

REMEDIOS LA BELLA
Es considerada la mujer más bella del mundo, hace perder la razón a los hombres y mueren trágicamente si intentan poseerla, por lo que la abuela Úrsula no la deja salir de casa, excepto para ir a misa y completamente velada. Remedios vive en un mundo propio, sin reglas, sin interés en el mundo, de niña pensaban que estaba demente porque siempre vivía desnuda y manchaba las paredes dibujando animalitos con los dedos de sus manos untados de mierda; comía con las manos y nunca usaba los cubiertos, pasaba horas interminables en el baño y fue siempre analfabeta. Ansiosa y cansada por las peticiones de Úrsula, resuelve el problema de vestirse simplemente cosiendo un abrigo de cáñamo sin llevar nada debajo. Se corta totalmente el cabello para vivir tranquila. Sin embargo  “mientras más se desembarazaba de la moda buscando comodidad, y mientras pasaba por encima de los convencionalismos en obediencia a la espontaneidad, más perturbadora resultaba su belleza increíble y más provocador su comportamiento con los hombres”.
Incluso los 17 Aurelianos acogidos en la casa Buendía se sintieron misteriosamente atraídos por ella. El mito de su belleza se transformará en la leyenda del fluido mortal que obsesiona a los hombres. Una tarde asciende al cielo (esta es una clara referencia católica a la asunción de la Virgen María) ante el asombro de las demás mujeres de la casa, especialmente ante la mirada de Fernanda, quien siente envidia y enojo porque toma las sábanas que estaban extendidas afuera y se la lleva consigo al cielo.
García Márquez dijo que la ascensión de Remedios la Bella es una historia contada por su abuela cuando él era niño; para él fue un hecho real, y sólo cuando creció supo la verdad, una fuga amorosa cubierta con la historia del milagro. Esto significa que la metáfora de la novela es cierta sólo para la fantasía, pero simbólica para la realidad.


OTRO CICLO
Nuevamente nos encontramos con otra generación protagonista que repite el ciclo de fatalidad, esta vez la pareja es Aureliano Secondo (uno de los gemelos) y Fernanda del Carpio. Nuevamente son 3 hijos, pero esta vez son 2 niñas y sus nombres son un compendio de las mujeres más influyentes de la familia: Renata Remedios llamada simplemente con el sobrenombre de Meme y su hermana Úrsula Amaranta. El varón, en cambio, repite el patrón nominativo de José Arcadio. Esta familia tiene el peso agravante de un trauma religioso: la madre Fernanda del Carpio tiene un carácter intolerante y orgulloso (habiendo sido criada en una familia muy devota y aristocrática). Ella dirige (o más bien tuerce y dobla a la fuerza), para bien o para mal, a los 3 niños a la vida religiosa: Meme es encerrada a la fuerza en un convento de clausura para distanciarla de su amado Maurizio, Ursula Amaranta fue invitada a estudiar en un Convento en Bruselas en Europa y por ultimo Josè Arcadio, a petición de su abuela Ursula, es enviado a Roma al seminario porque quieren que se convierta en Papa. Estas nobles intenciones, sin embargo, son el resultado de limitaciones mezquinas y despóticas por parte de Fernanda y sólo dará frutos en desgracias, porque son los acontecimientos que conducirán al fin de Macondo y del linaje Buendìa.

FERNANDA DEL CARPIO
Otra mujer de la novela de cien años de Soledad diferente, como uno de los tantos colores de un arcoíris femenino, porque todas las mujeres de esta novela tienen un mensaje, un matiz, una característica. Fernanda proviene de una familia noble reducida a la pobreza y ese aire de grandeza la convierte en una mujer rígida, triste, oscura y caprichosa en medio de la miseria y pobreza de Macondo. Su mentalidad religiosa la vuelve moralista hasta el punto de la crueldad y la ceguera racional. Hace todo lo que puede para ocultar sus defectos al mundo porque no soporta ser imperfecta.
La llevarán a Macondo con motivo del carnaval, con la promesa del trono de Madagascar, un concurso de belleza. Es nombrada reina junto a Remedios la Bella, y su fantástica belleza fascina a Aureliano Secondo (uno de los gemelos), quien ya está vinculado sentimentalmente con Petra Cotes de quien permanecerá enamorado para siempre. Gracias a la avanzada edad de Úrsula, la sumisión de Santa Sofía de la Piedad, la antipatía mutua con Amaranta y las constantes ausencias de su marido (quien pasa la mayor parte de su tiempo con su amante Petra Cotes, prefiriendo mucho su compañía a la de su esposa) , Fernanda toma las riendas de la casa Buendía. La mentalidad de esta mujer ya estaba deformada en su educación: preparada para convertirse en Reina, pero su llegada a la casa Buendía marca el inicio de la decadencia de Macondo y de ser la Reina sin corona, sin Rey y sin reino.
Fernanda, por tanto, creció con un complejo de superioridad y acaba viviendo en un contexto familiar donde reinan las cosas simples, inferiores y obvias de la vida y ella sólo las verá como inferiores y despreciables.
LA MALDICIÓN SE MATERIALIZA
 La novela de Cien años de soledad también plantea cuestiones filosóficas y éticas sobre la naturaleza de la existencia y la condición humana. Para Úrsula el incesto trae culpa y una maldición (tener un hijo con cola de cerdo), para Arcadio es una superstición. Hoy en día somos muy conscientes de las malformaciones debidas a la incompatibilidad sanguínea, especialmente entre familiares. Después del incesto entre Úrsula y Arcadio, el segundo es el de Aureliano Babilonia y su tía Úrsula Amaranta, pero recordemos: no sabían que eran parientes. Aureliano era hijo de Meme y Mauricio Babilonia, pero su madre Fernanda no acepta que su hija se enamore de un mecánico, por lo que encierra a su hija en un convento y hace que las autoridades fusilen a Mauricio, por lo que queda inválido y siempre considerado un ladrón de gallinas. Sin embargo, su hija estaba embarazada y las monjas trajeron a su sobrino (Aureliano Babilonia) a casa y Fernanda lo obligó a pasar toda su juventud recluido en la casa, avergonzada de su nacimiento fuera del matrimonio y haciéndole creer que lo encontraron en una canasta y adoptado por ella. Sin embargo, cuando Úrsula Amaranta regresa de Europa, se enamora de su sobrino Aureliano Babilonia, de quien cree que es un hermano adoptivo. Muere dando a luz al último Buendía. Por tanto, el incesto es inconsciente y, por tanto, inocente. En el libro hay una aclaración importante: "el único, en un siglo, que ha sido generado con amor". El problema por tanto del incesto no es la sexualidad porque mientras haya amor, este siempre es válido, el problema es genético y por tanto de procreación. Hay niños con malformaciones nacidos de padres no incestuosos pero con sangre incompatible.
El apellido de este niño que traerá a Macondo al final no es Buendìa sino Aureliano Babilonia y esto también nos indica la caída de la torre o linaje de Babilonia y es decir de los Buendìa.

"... sólo consiguió soltarse en un llanto fluido y cálido y reparador, en el regazo de Pilar Ternera. Ella lo dejó terminar, rascándole la cabeza con la yema de los dedos, y sin que él le hubiera revelado que estaba llorando de amor ella reconoció de inmediato el llanto más antiguo de la historia del hombre.”
(Cuando Aureliano Babilonia cuenta a Plar sus angustias de amor por Ursula Amaranta, sin saber que Pilar era su Tatarabuela y la amada su tía)

EL ÁRBOL DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
El árbol es lo único que no sufre ninguna transformación en la casa Buendía, es un símbolo de esa familia ligada a su carácter solitario. Como en la cábala está el árbol de la vida, testigo de la fuerza vital, pero también está el árbol de la muerte, único testigo silencioso de la muerte de todos los descendientes de Buendía. El patriarca, José Arcadio Buendía, se reencuentra con el fantasma de Aguilar y se vuelve loco. Luego, la familia lo ata a un árbol en el patio, donde muere de un infarto.
El final de Macondo es apocalíptico: un diluvio bíblico que arrasa y también parece limpiar esa tierra de un pecado original: el incesto, pero recordemos que no siempre fue consciente, porque los familiares muchas veces se sienten atraídos entre sí sin saberlo de su parentesco, excepto la primera copia original (Arcadio y Úrsula, Adán y Eva, porque son hijos del mismo Padre eterno, por tanto incestuosos por naturaleza, porque Eva nació de Adam y ella no es nada màs que su hija.)
En cien años de soledad se repite el mismo desconocimiento del complejo de Edipo: mata al padre y se casa con la madre sin saber su vínculo de parentesco, porque todos estamos atados a ese árbol de la locura del amor paterno, como una raíz que nos ata de por vida y muchas veces, inconscientemente, buscamos en nuestros amores el del fantasma de nuestros padres.

EL LOCO PERDIÓ TODO MENOS SU RAZÓN
Una vez que el patriarca José Arcadio Buendìa perdió la cabeza, lo ataron a un árbol y hablaba en idiomas extraños. “En cierta ocasión en que el padre Nicanor llevó al castaño un tablero y una caja de fichas para invitarlo a jugar a las damas, José Arcadio Buendía no aceptó, según dijo, porque nunca pudo entender el sentido de una contienda entre dos adversarios que estaban de acuerdo en los principios.”
 Aquí demostró una lucidez que traspasó los límites de su locura. "El padre Nicanor, que jamás había visto de ese modo el juego de damas, no pudo volverlo a jugar. Cada vez más asombrado de la lucidez de José Arcadio Buendía, le preguntó cómo era posible que lo tuvieran amarrado a un árbol.
—Hoc est simplicisimum —contestó él—: porque estoy loco. Fue entonces cuando la familia se dio cuenta de que aquellos versos demoníacos eran el latín de los sacerdotes. Lo que sigue siendo más enigmático y demoniaco es la decisión del padre Nicanor: "Desde entonces, preocupado por su propia fe, el cura no volvió a visitarlo", como si los sacerdotes tuvieran miedo de descubrir verdades más allá de sus ideas dogmáticamente establecidas.

EL FINAL DE MACONDO
Como lo predicen los rollos de Melquíades: "El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas." Pasan los años y poco a poco el pueblo se va vaciando. Aureliano Babilonia, conocido por su sabiduría, pasó su vida descifrando los pergaminos escritos por Melquíades. Mientras tanto, su tía Amaranta Úrsula regresa de Europa, casada con Gastón. Sin saber que eran parientes, ambos se enamoran y ella queda embarazada. Durante el parto ella muere, pero da a luz a un niño con cola de cerdo. El niño con la cola de cerdo es símbolo de culpa, recordemos que el diablo tiene cola, por lo que el ser humano en pecado pierde su divinidad y regresa a su naturaleza simplemente animal. No es casualidad que ese niño sea devorado por la propia naturaleza, las hormigas que son símbolo de la insignificante laboriosidad del tiempo que se lo lleva todo.
Aureliano busca ayuda, pero al no encontrar nada más que un camarero, se emborracha y se queda dormido. Cuando despierta y regresa, el recién nacido ha sido devorado por las hormigas. Al final, Aureliano podrá descifrar los escritos de Melquíades: «porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra».
 Entonces, todo Macondo quedará devastado y sepultado por un huracán.

LA SOLEDAD DE 100 AÑOS EN UN SOLO MOMENTO
Toda la novela de 100 años de soledad habla de un solo fenómeno psicológico: ¡la soledad!. Somos seres sociales y relacionales, es decir, nacemos de una relación (entre mamá y papá) y crecemos construyendo una identidad en correspondencia con las personas con las que interactuamos, y hacemos cualquier cosa para escapar de la soledad. Pero es paradójico que cuanto menos sabe un ser humano quién es, más desesperadamente tiende a fusionarse con las masas, a crear grupos, fundar ciudades, crear sociedades, amistades y por tanto también familias en las que esconderse de la soledad. No es casualidad que la soledad se haya convertido en una enfermedad mental de nuestros tiempos modernos, porque las grandes aglomeraciones de personas que componen nuestras metrópolis, muchas veces confirman que a pesar de vivir entre tanta gente se siguen sintiendo atrozmente solos, la soledad vive en nuestras metrópolis masivas. Este acontecimiento lo vemos en muchos personajes de la familia Buendìa. Por esta razón, cada miembro de la familia Buendìa hereda la soledad y tiende a repetir la misma historia en su descendencia y aquí está el paradigma: la familia nace para no sentirse sola pero luego las personas quedan sepultadas dentro de la soledad de la misma familia donde cada miembro se convierte en una isla y un solitario. La soledad es el motor del ciclo que viven los Buendía que nos representan a todos, porque Macondo no es otra cosa que la sociedad en miniatura, un microcosmos de la vida social en cada rincón de la tierra.
«La última protección, que Aureliano empezó a vislumbrar cuando se dejó confundir por el amor de Amaranta Úrsula, estuvo en el hecho de que Melquíades no había ordenado los acontecimientos en el tiempo convencional de los hombres, sino que concentraba un siglo de episodios diarios, tanto es así que todos convivieron en un instante" y ese instante se llama Soledad.

¿SABÍAS QUE... 
Gabriel García Márquez le dice a su esposa que finalmente ha encontrado el estilo adecuado para su escritura: utilizará el tono narrativo-épico con el que su abuela le contaba las historias fantásticas de su infancia. De regreso a casa, se encierra en el estudio y continúa escribiendo durante dieciocho meses (por tanto atado a su máquina de escribir como Arcadio Buendìa al árbol o encerrado en el laboratorio de Aureliano y Melchiade), rogando a su mujer que se encargue de todo. Mercedes Barcha tendrá deudas de hasta 12.000 dólares para poder encargarse de la economía familiar (así como Úrsula inventó una producción de paletas de caramelo), y la mujer de Márquez se encargó de todo hasta que la novela estuvo lista.

“Las cosas tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima.”
- Melquiades -

“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.”
Uno no se muere cuando debe, sino cuando puede.
Nadie debe conocer su sentido mientras no hayan cumplido cien años.

El amor es una peste.
(Frase de Arcadio Buendìa cuando se entera que su hijo se quiere casar con la hija de su enemigo)
En la foto Amarante que quema el vestido de matrimonio de Rebeca.

La soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos.”





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